Esoterismo occidental

Esoterismo occidental, también conocido simplemente como esoterismo y, en ocasiones, como tradición mistérica occidental,[1]​ es un término bajo el cual los académicos han categorizado una amplia gama de ideas y movimientos vagamente relacionados desarrollados dentro de la sociedad occidental. El esoterismo occidental contemporáneo toma elementos del esoterismo tradicional de otras culturas, muchas veces tergiversándolas o realizando cambios en el significado de los conceptos originales.

Estas ideas y corrientes están unidas también por el hecho de que son en gran medida distintas tanto de la religión judeocristiana como del racionalismo de la Ilustración occidental. El esoterismo ha permeado varias formas de filosofía, religión, pseudociencia, arte, literatura y música occidentales, y sigue influyendo en ideas intelectuales y en la cultura popular.

La idea de agrupar una amplia gama de tradiciones y filosofías occidentales bajo la categoría que hoy se denomina esoterismo se desarrolló en Europa a finales del siglo XVII. Desde entonces, varios académicos han debatido cómo definir el esoterismo occidental. Una perspectiva académica usa una definición proveniente de las propias escuelas de pensamiento esoterista, tratando el «esoterismo» como una tradición interior oculta perenne. Otra perspectiva ve al esoterismo como una categoría que engloba a movimientos que adoptan una visión «encantada» del mundo frente a un creciente desencanto. Una tercera opción ve al esoterismo occidental como una categoría que abarca todo el «conocimiento rechazado» de la cultura occidental que no es aceptado por el establishment científico ni por autoridades religiosas ortodoxas.

Las tradiciones más tempranas que el análisis posterior ha rotulado como formas de esoterismo occidental surgieron en el Mediterráneo oriental durante la Antigüedad tardía, donde el hermetismo, el gnosticismo, el neopitagorismo y el neoplatonismo se desarrollaron como escuelas de pensamiento distintas de lo que se convirtió en la corriente principal del cristianismo. La Europa del Renacimiento fue testigo del creciente interés por muchas de estas ideas antiguas, y varios intelectuales combinaron filosofías «paganas» con la Cábala y la filosofía cristiana, lo que dio lugar a la aparición de movimientos esotéricos como la Cábala cristiana o la teosofía cristiana. El siglo XVII vio el desarrollo de sociedades iniciáticas que profesaban conocimiento esotérico, como el rosacrucismo y la masonería, mientras que el Siglo de las Luces del siglo XVIII propició el desarrollo de nuevas formas de pensamiento esotérico. El siglo XIX fue testigo de la aparición de nuevas tendencias de pensamiento esotérico, ahora conocidas como ocultismo. Entre los grupos más destacados de este siglo se encuentran la Sociedad Teosófica y la Orden Hermética de la Aurora Dorada. También es importante en este sentido la «ciencia espiritual» de Martinus Thomsen. El paganismo moderno se desarrolló dentro del ocultismo e incluye movimientos religiosos como la Wicca. Las ideas esotéricas impregnaron la contracultura de los años sesenta y tendencias culturales posteriores, que desembocaron en el fenómeno de la Nueva Era en los setenta.

A finales del siglo XVIII surgió la idea de que estos diversos movimientos podían agruparse bajo la rúbrica de «esoterismo occidental», pero estas corrientes esotéricas fueron en gran medida ignoradas como objeto de estudio académico. El estudio académico del esoterismo occidental no surgió hasta finales del siglo XX, impulsado por académicos como Frances Yates o Antoine Faivre. Entretanto, las ideas esotéricas también han influido en la cultura popular, apareciendo en el arte, la literatura, el cine y la música.

  1. Brian Morris, Religion and Anthropology: A Critical Introduction, Cambridge University Press, 2006, p. 298.

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